KARIM: RECORDMAN DE LOS 100km DESCALZO

Tras lograr batir el Record Guinness de los 100km DESCALZO, Karim nos relata su preparación para el resto y sus impresiones en carrera y tras lograrlo, Con su sencillez habitual, parece hasta fácil. Qué grande eres Karim!!

Un sueño cumplido!! Siempre he querido batir un récord Guinness o más de uno. Antes de batirlo creía que iba a estar más tranquilo pero me ha dejado con más ganas que nunca para seguir buscando nuevos retos minimalistas y de llevar el cuerpo al límite.

Llevaba como un año queriendo batir este récord pero por el miedo de no terminar o de no tener la fuerza suficiente de motivación, no lo había intentado, hasta hace 5 meses que me decidí  a intentar batirlo en el campeonato de España que se celebraba en Madrid. Lo prepare bien, pero por falta de apoyo la carrera no se celebró. Deje un poco la preparación hasta dos meses antes de la carrera de los 100 km, que  volví a prepararlo otra vez para llegar lo más preparado posible. Confiaba en mis pies y, aunque no lo pude preparar con una preparación específica, sabía que tenía muchas posibilidades de conseguirlo.

Mi preparación, la verdad, no fue nada de otro mundo: Sólo hacía lo que hago normalmente en mis entrenamientos pero, en vez de salir a trotar de vez de cuando con las sandalias, deje de hacerlo y todos los entrenamientos los hice descalzo, hasta los rodajes por la montaña.

Me veía capaz de batirlo pero no estaba seguro si, con el calor que haría en esas fechas,  iba a aguantar los 100 km descalzo. Seguí preparando cada día y poco a poco, según se acercaba el día, yo me ponía más nervioso porque cada vez había más gente que me apoyaba e incluso amigos que querían venir conmigo a batirlo. Eso me ayudó mucho a nivel psicológico pero, a la vez, me metió el miedo de no poder fallar. Cuando me dijo la director de cine Mau y Elisa que querían grabarlo y acompañarme las 24 horas  me hizo mucha ilusión pero, a la vez, me puse más nervioso porque pensé: “como me acompañen y falle se me caerá la cara de vergüenza por no poder dedicarlo a todos los que han confiado en mí!”.

 

Así,  llegó el día de la carrera y lo único que quería es terminar y ver el resultado.

Salí a un ritmo bastante suave para los entrenos que hago (a 4:25 el km) pero tuve el miedo de que fuera un ritmo demasiado alto y que me salieran ampollas. Decidí bajar el ritmo y para luego, si me quedaba corto, apretar al final. Fui a un ritmo bastante cómodo durante toda la carrera pero se me hizo muy larga a nivel psicológico, viendo todo el rato el mismo asfalto. Terminé quemado a nivel psicológico, incluso había momentos  en que hasta dude si seguir o no, llegando a pararme y caminar durante 100m por una sobrecarga en la planta de los pies. Acordarme de la gente que me estaba apoyando y de la gente que estaba pendiente de este récord me hizo darme cuenta de que no podía parar ni perder el tiempo y el dolor se me pasó, de repente.  Cuando veía que, a cada vuelta que daba había cada vez más gente apoyándome y no les conocía de nada, eso me ayudó mucho a nivel psicológico.

Ya al final, cuando faltaban sólo las 3 últimas vueltas, vi que iba justo de tiempo y decidí hacer un cambio de ritmo. Al final terminé bastante rápido y con el récord conseguido. Llegué a meta emocionado y con ganas de descansar.

Para mi fue como mi primera carrera y primera victoria porque nunca me había emocionado con lágrimas hasta el récord Guinness y eso me gustó bastante:  llegar a meta,  todo el mundo aplaudiéndote y yo emocionado.

 

Se me quedo grabado

Deja un comentario