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Canaleta Trail de Argelita: El día que el Descalcismo irrumpió en la montaña.

Este pasado 9 de septiembre de 2018 pasará a la historia como el día en que los corredores descalcistas muestran al mundo que disfrutar de la montaña descalzo es un opción válida y segura, que puede convivir perfectamente con la tradicional manera de hacerlo calzado.

 

Esta hazaña surge como surgen a veces las grandes cosas; de casualidad. Un recuerdo de una carrera descalzo en montaña en Facebook y una invitación (o reto) a hacer lo mismo en este Trail llevaron a que, sorprendentemente, varios corredores descalcistas decidieran recoger el guante e inscribirse a la prueba . Lo más sorprendente y, a mi parecer, trascendental de este hito fue que varios corredores que no corren habitualmente en montaña, decidieran inscribirse y demostrar que, con entrenamiento, cualquiera puede disfrutar de la montaña descalzo y que no está restringido a unos pocos con alguna capacidad extraordinaria. Es, simplemente, para lo que se diseñaron nuestros pies!!

 

Y así, veteranos y novatos tomamos la salida la mañana del domingo, emocionados por el trato y la acogida de las gentes del pueblo y los demás corredores, con la adrenalina corriendo por nuestras venas y la alegría de reencontrarnos algunos y conocernos otros pero, todos,  con la sensación de estar a punto de vivir algo sin precedentes.

La carrera es un trail de 17km con algo más de 1.000m de desnivel en el que encontramos todo tipo terrenos más o menos técnicos pero, prácticamente, todo sendas estrechas y pedregosas. Consta de dos subidas y dos bajadas, a cual más dura y entretenida pero, todo el camino, con unas maravillosas vistas de las sierra del alto Mijares. ESPECTACULAR!

El terreno dio para un buena lucha por el los primeros puestos, con unos tiempos sorprendentemente buenos pero, lo más sorprendente e importante fue ver terminar a todos los participantes descalcistas sin ningún problema  o lesión y, todos,  con una gran sonrisa.

 

 

El recibimiento a cada corredor descalzo por los vecinos de Argelita y todos los participantes de la carrera, tanto calzados como descalzos, nos puso la carne de gallina. Hubo emocionantes entrega de trofeos, menciones especiales, muchos abrazos y muchas felicitaciones pero, sobre todo, un sentimiento de orgullo, satisfacción, y un poco de.. Arggg!!..  Reivindicación.

A título personal, he de confesar, que no me inscribí hasta el último momento. Debo dar gracias a Jorge Miró porque, sin su insistencia, no habría surgido este reto ni yo hubiera tomado la decisión de participar. Sin entrenar estas distancias ni en montaña en mucho tiempo fui con la idea de disfrutar con los compañeros y apoyar la iniciativa de los organizadores de incluir categoría minimalista y descalcista.

Finalmente me contagié del ritmo de carrera, gratamente sorprendido del buen ritmo al que fuimos, el altísimo nivel de los más rápidos y lo emocionante de la carrera. Es la primera vez que compito con otros corredores descalzos en montaña y me ha emocionado.

 

Quién me iba a decir cuando empecé a probar si era capaz de correr descalzo en la montaña  que, algún día, 12 hermosos guerreros de corazón salvaje se me unirían para demostrar al mundo que es posible, y que esto no es una moda, o una rareza de uno o dos locos, que es una práctica saludable y segura, y que nadie debería prohibir.

 

Tras una comida de hermanamiento en la que todo eran risas, felicitaciones, bromas y buen rollo, nos fuimos todos con ganas de repetir. No sé si será en Argelita pero, de lo que estoy  seguro es, que seguiremos recorriendo los montes, en contacto directo con la Madre Tierra y con el corazón lleno de satisfacción.

 

 

“Mi experiencia en esto de correr descalzo”, por José manuel Álvarez.

Aquí tenemos un breve texto de José Manuel en el que nos comparte su historia y sensaciones  "en esto de correr descalzo". A día de hoy disfruta corriendo descalzo y sigue aprendiendo de su cuerpo.

Soy un corredor el montón que hace unos diez años, por curiosidad, un día que estaba corriendo bajo la lluvia por un sendero, decidí descalzarme para sentir la sensación del suelo en los pies. La experiencia fue increíble y la repetí en diferentes ocasiones y siempre por sitios más o menos limpios de piedrecitas.
Por cuestiones de trabajo me desplace de ciudad y no volví a correr descalzo, más por dejadez que por otras cuestiones. Pero hace unos meses, a principios del 2016, comencé a recordar aquellos momentos. Y sumado a que estaba continuamente con dolores de rodilla, que había salido de una fascia plantar que después derivo en un espolón en la parte posterior del talón, del que todavía no me he recuperado y con cargas musculares continuadas, un día que estaba corriendo por un lujar apartado, me descalce y se me vinieron a la memoria aquellos días pasados.
Pasadas unas fechas, un día que esta de paseo con mi mujer vi a un corredor venir de frente con sandalias y no pude resistir la tentación de pararle e interesarme por ello, pero no lo hice, lo que si hice es empezar a indagar en internet y fue así como descubrí la tendencia “minimalista” y tome la decisión de emprender mi propio camino en este maravilloso mundo.
Siguiendo los consejos de otros corredores que escriben sus experiencias en las redes sociales, tome la decisión de comenzar poco a poco, olvidándome para siempre de las zapatillas tradicionales. Para ello me compre unas zapatillas de las llamadas “voladoras”, es decir sin ninguna corrección de pisada ni protección. Para poder correr por cualquier zona y en el gimnasio, donde no dejan correr sin zapatillas.
Mis inicios:
La primera semana dos km descalzo cada dos días e incrementando la distancia en un km cada semana hasta llegar a los 12km cada dos días. Poco a poco comencé a mezclar diferentes tipos de terrenos, pero en las zonas de gravilla, tenía que dejar pasar una semana entre salidas ya que a las plantas de los pies les quedaba “memoria” y tenía que dejar pasar un tiempo entre sesiones.
Quiero destacar que al principio el problema por falta de costumbre fue la adaptación de los soleos y gemelos a la nueva manera de correr pero en dos-tres meses esto paso a la historia y cuando no caliento ni estiro al final (algo que no recomiendo hacer), no tengo ninguna sobre carga, algo que antes era algo cotidiano aun estirando y calentando bien.
Algunos de los sitios por lo que suelo salir, suelen estar con resto de cristales y con el fin de no hacerme daño y no correr con zapatillas ya que por poco que sujeten, limitan la libre expansión de la planta del pie. Compre una placa de suela vibran y me hice unas sandalias. Al principio era un poco raro y me costó mucho acertar con el tipo de cordones a utilizar para que resistieran la fricción contra el suelo y a su vez fueran suaves con mis pies. También me costó acertar con la manera de atármelas. La verdad es que mirando un poco atrás y viendo lo fácil que era la solución, parece mentira lo que me costara tanto, será que soy un poco torpe.
Decir también que he tenido periodos de hacerme buenas ampollas en los pies y aún en estos momentos me suelo hacer bastantes. Las causas principales son por sudor cuando corro con sandalias y por abrasión contra suelos muy abrasivos cuando voy descalzo. Recordar que llevo solo ocho meses y puedo confirmar que el periodo de transición es muy largo y lento.
A fecha de hoy mi objetico es el de adaptar las plantas de los pies a los diferentes terrenos y para ello voy forzando lo que puedo para acelerar el proceso que de por si es lento. Hoy mismo 01.09.2016, tengo las plantas de los pies que me “arden” pero para nada es una mala sensación, es parte del proceso y os puedo asegurar que el placer de correr descalzo recompensa con creces cualquier pequeño dolor de adaptación.
Bueno espero que os sirva de algo. No pretendo enseñar nada a nadie y si por el contrario le viene bien al alguien, me doy por satisfecho.

Los niños descalzos en el colegio se comportan mejor y tienen mejor rendimiento en clase!!

Este artículo publicado en The Telegraph me ha dejado sin palabras!!

Tiene muchas frases que no tienen desperdicio:

  • Estudio observando más de 10.000 niños  en unos 100 colegios de 25 países durante, los 10  últimos años, que dejan los zapatos fuera de la clase, en cursos hasta la universidad. (una muestra sobradamente grande)
  • " El  último sitio en el que un niño se sentaría a leer es una silla recta y hemos visto que el 95% no lee en sillas en sus casas. Cuando están de vacaciones leen tumbados!
  • La factura de limpieza disminuye un 27% y los colegios necesitan comprar menos mobiliario porque no tiene que comprar una silla y una mesa para cada niño, ya que pueden sentarse en el suelo.
  • La clave para la concentración es el compromiso y si los niños desean estar allí y disfrutan estándolo, universalmente mejoran"

Schoolchildren with no shoes on 'do better and behave better in the classroom', research shows

‘Shoeless’ children are more likely to arrive to school earlier
Schoolchildren who attend their lessons wearing no shoes are likely to obtain better grades and behave better than those who wear them, a decade-long academic research has revealed.

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